viernes, 27 de mayo de 2016

TRANSTORNOS MENTALES























El estrés

Las personas pueden experimentar el estrés cuando se ven enfretadas ante eventos importantes los cuales pueden ser peligrosos o muy difícil de conllevar. Entre los síntomas psicológicos del estrés están la ansiedad y la tensión, la preocupación incontrolable, irritación, distracción, y dificultad en aprender cosas nuevas.




 La neurosis

Son las afecciones que muestran un malfuncionamiento del sitema nervioso. En las neurosis no hay lesión física ni alteración de la personalidad. Las principales neurosis son la anciedad, una incontrolable obsesión por evitar situaciones peligrosas y una falta de acoplarse con personas. Algunos ejemplos de neurosis son el pánico, la fobia, el desorden compulsivo-obsesivo, y el estrés postraumático.



La hipocondría

La hipocondria es un desorden neurótico en el cual la persona canaliza las ansiedades, las preocupaciones y los pensamientos obsesivos para converserse de que tiene una específica enfermedad física (ejemplo: el cáncer del colon). Es decir que los hipocondriacos están preocupados porque padecen de una enfermedad, aunque resultados medicos indican lo contrario. Los hipocondriacos gastan mucho tiempo y dinero visitando doctores y haciéndose varios exámenes. Las relaciones entre estos enfermos y los doctores y enfermeras pueden en muchos casos ser conflictivas; hasta el punto en que una verdadera enfermedad puede llegar a no ser no diagnosticada por aquellas personas que están cansadas de atender enfermos mentales que previamente han insistido en una enfemedad que no existe.

El desorden de la somatización

Es un desorden muy raro, pero toma mucho tiempo controlarlo. La persona, usualmente una mujer, tiene una historia médica larga y complicada y una serie de síntomas dramáticos pero vagos que demandan la atención immediata del doctor. Los quejas por lo general se basan en dolores gastrointestinales, ginecológicos y senso-motores. Las personalidades y vidas de estas personas son en típicamente dramáticas y caóticas.



El desorden facticio

Los individuos que sufren de esta enfermedad mental crean la aparencia de una enfermedad física para ser el centro de atención médica y/o para obtene varios tipos de droga. Las personas que sufren de este desorden por lo general se vuleven evasivas y agresivas cuando se les hacen preguntas o se les desafía al hacerseles claro de las inconsistencias de sus síntomas. Muchas se escapan de los hospitales o clínicas para ir en busca de otros centros médicos. Muchos individuos con este tipo de desorden tienden a tener una comportamiento y una personalidad similar a aquellos que sufren de somatización.



La esquizofrenia

La esquizofrenia es un conjunto de severos síntomas psicológicos los cuales hacen difícil el trabajar, jugar y estar con otras personas. Síntomas "positivos" incluyen ilusiones (creencias irracionales), alucinaciones (experiencias sensorias por falta de estímulo), pensamiento y habla incoherente, paranoia o ansiedad intensa e incontrolable y un comportamiento extraño. Entre los síntomas negativos están la pérdida de experiencias y expresiones emocionales, pérdida de poder e iniciativa, inhabilidad de experimentar placer o de interesarse en cosas, y aislamiento de personas.



La paranoia

En general, esta enfermedad se refiere a altos niveles de sospecha y desconfianza, usualmente vistos en las creencias o desiluciones de que ella o él son víctimas del odio, celos y resentimientos de otras personas.La persona que sufre de la paranoia esquisofrénica tiene presentimientos de que ella o él van a ser preseguidos por otros, como el vecino, el gobierno, o un extraterrestre; o por el personas especiales tales como " el Mesías" (un presentimiento de grandiosidad).
La persona que sufre del desorden personal paranoico parece normal, pero es sospechosa, desconfía, hostíl, controladora y rápida para desarrollar resentimientos y celos. Algunos hombres que golpean a sus esposas o novias sufren de esta enfermedad mental.


La depresión

La depresión es un problema emocional muy grave en el cual el individuo no deja de sentirse triste y vacio, y constantemente se siente sin ayuda o esperanza. Las personas deprimidas usualmente sufren de anciedad e irritabilidad, una falta de motivación, y una pérdida de placer en las cosas que antes les gustaba hacer. También tienen problemas con el apetito, el sueño, y sufren de dolores. Muchas personas deprimidas tienen pensamientos suicidas y un 10-15% terminan por quitarse la vida.

La manía

Es un período de tiempo (por lo general de una semana a un mes) en el cual la persona es y se siente muy feliz, habla mucho, es activa e impulsiva. En la muchos casos, en los momentos de manía, la persona apesar de sentirse confidente y feliz, puede llegar a sentirse nerviosa e irritada. Muchos maniáticos parecieran tener una energía infinita y solamente necesitan pocas horas de sueño, si es que duermen del todo.Con la manía en su forma intermedia - la hipomanía- e individuo puede llegar a ser muy creativo y productivo en su trabajo. En sus diferentes formas la persona se convierte en psicótica. Es decir, que la persona pierde la habilidad de pensar correctamente y hace juicios realistas a la vez que puede experimentar halucinaciones. Muchos individuos tienden a ser impulsivos, demandantes, agresivos, lo cual resulta en gastos enormes de dinero, consumo excesivo de alcohol, promiscuidad sexual y problemas con la ley.


La manía-depresiva

Aproximadamente 1 a 2 de cada 100 a 250 personas alrededor del mundo experimentan de una manera u otra episodios de intermedia o severa manía, junto con episodios de depresión. Si los momentos de ambos tipos de problemas emocionales son intermedios, la condición se conoce como clotimia. Si los episodios de depresión son severos, sin importar si la manía es leve o severa, entonces la condición emocional se llama desorden bipolar, comúnmente conocido como "manía-depresiva." Persona entre los 17 a 25 años de edad tienen comúnmente a ser víctimas de este tipo de problema emocional, y es usualmente crónico.Muchos individuos que sufren de estos desordenes tienden a recuperarse en medio de episodios, y hay una asociación con la creatividad y el ingenio artístico que la persona puede desarrollar. Sin embargo, el impacto que este desorden causa en la vida de una persona es devastador. El nivel de problemas matrimoniales, abuso de sustancias, suicidio y problemas con la ley es muy alto.



El delirio

También conocido como "el rápido inicio del síndrome cerebral," el delirio es una condición psicológica asociada con graves problemas físicos (ejemplo: sobredosis de droga o envenenamiento). Entre los síntomas están la confusión y la desorientación, pérdida de consciencia, agitación, apatía e ilusiones (falta de percepción del estímulo externo, tal como escuchar el ruido de las ruedas de una camilla de hospital e imaginarse que es una máquina maquiladora que viene a despedazar.)

El delirio debe tomarse muy enserio y debe ser tratado inmediatamente, porque puede representar un grave problema físico.



La demencia

La demencia se refiere a una disminución o deterioro generalizado de las facultades intelectuales, como la pérdida de memoria, atención y pensamiento abstracto. La persona que sufre de demencia se puede perder fácilmente y puede ser incapaz de hacer cosas simples como volver a entrar a la casa después de que haya enllavado la puerta. La depresión y la paranoia son usualmente asociadas con la demencia, y algunos dementes desarrollan halucinaciones. Uno de los mejores ejemplos de demencia es la enfermedad de Alzheimer, la cual empieza típicamente a los 55 años.



El narcismo

La persona con este tipo de personalidad tienen una incontrolable necesidad de sentirse importante, exitosa y admirada por todo el mundo. Ellos actuan como si fueran únicos y merecidos de favores especiales. Por lo general, a los narcistas no les importa los sentimientos y/o resentimientos de las otras personas, y están celosos de los éxitos de otras personas.



viernes, 22 de abril de 2016

EL DESARROLLO DEL CEREBRO




Para comprender mejor el gran poder de las emociones sobre la mente pensante —y la causa del
frecuente conflicto existente entre los sentimientos y la razón— consideraremos ahora la forma en que ha
evolucionado el cerebro. El cerebro del ser humano, ese kilo y pico de células y jugos neurales, tiene un
tamaño unas tres veces superior al de nuestros primos evolutivos, los primates no humanos. A lo largo de
millones de años de evolución, el cerebro ha ido creciendo desde abajo hacia arriba, por así decirlo, y los
centros superiores constituyen derivaciones de los centros inferiores más antiguos (un desarrollo evolutivo
que se repite, por cierto, en el cerebro de cada embrión humano).
La región más primitiva del cerebro, una región que compartimos con todas aquellas especies que
sólo disponen de un rudimentario sistema nervioso, es el tallo encefálico, que se halla en la parte superior
de la médula espinal. Este cerebro rudimentario regula las funciones vitales básicas, como la respiración, el
metabolismo de los otros órganos corporales y las reacciones y movimientos automáticos. Mal podríamos
decir que este cerebro primitivo piense o aprenda porque se trata simplemente de un conjunto de
reguladores programados para mantener el funcionamiento del cuerpo y asegurar la supervivencia del
individuo. Éste es el cerebro propio de la Edad de los Reptiles, una época en la que el siseo de una
serpiente era la señal que advertía la inminencia de un ataque.
De este cerebro primitivo —el tallo encefálico— emergieron los centros emocionales que, millones de
años más tarde, dieron lugar al cerebro pensante —o «neocórtex»— ese gran bulbo de tejidos replegados
sobre sí que configuran el estrato superior del sistema nervioso. El hecho de que el cerebro emocional sea
muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas
relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.
La raíz más primitiva de nuestra vida emocional radica en el sentido del olfato o, más precisamente,
en el lóbulo olfatorio, ese conglomerado celular que se ocupa de registrar y analizar los olores. En aquellos
tiempos remotos el olfato fue un órgano sensorial clave para la supervivencia, porque cada entidad viva, ya
sea alimento, veneno, pareja sexual, predador o presa, posee una identificación molecular característica
que puede ser transportada por el viento.
A partir del lóbulo olfatorio comenzaron a desarrollarse los centros más antiguos de la vida
emocional, que luego fueron evolucionando hasta terminar recubriendo por completo la parte superior del
tallo encefálico. En esos estadios rudimentarios, el centro olfatorio estaba compuesto de unos pocos
estratos neuronales especializados en analizar los olores. Un estrato celular se encargaba de registrar el
olor y de clasificarlo en unas pocas categorías relevantes (comestible, tóxico, sexualmente disponible,
enemigo o alimento) y un segundo estrato enviaba respuestas reflejas a través del sistema nervioso
ordenando al cuerpo las acciones que debía llevar a cabo (comer, vomitar, aproximarse, escapar o cazar).
Con la aparición de los primeros mamíferos emergieron también nuevos estratos fundamentales en el
cerebro emocional. Estos estratos rodearon al tallo encefálico a modo de una rosquilla en cuyo hueco se
aloja el tallo encefálico. A esta parte del cerebro que envuelve y rodea al tallo encefálico se le denominó
sistema «límbico», un término derivado del latín limbus, que significa «anillo». Este nuevo territorio neural
agregó las emociones propiamente dichas al repertorio de respuestas del cerebro.”
Cuando estamos atrapados por el deseo o la rabia, cuando el amor nos enloquece o el miedo nos
hace retroceder, nos hallamos, en realidad, bajo la influencia del sistema límbico.
La evolución del sistema límbico puso a punto dos poderosas herramientas: el aprendizaje y la
memoria, dos avances realmente revolucionarios que permitieron ir más allá de las reacciones automáticas
predeterminadas y afinar las respuestas para adaptarlas a las cambiantes exigencias del medio,
favoreciendo así una toma de decisiones mucho más inteligente para la supervivencia. Por ejemplo, si un
determinado alimento conducía a la enfermedad, la próxima vez seria posible evitarlo. Decisiones como la
de saber qué ingerir y qué expulsar de la boca seguían todavía determinadas por el olor y las conexiones
existentes entre el bulbo olfatorio y el sistema límbico, pero ahora se enfrentaban a la tarea de diferenciar y
reconocer los olores, comparar el olor presente con los olores pasados y discriminar lo bueno de lo malo,
una tarea llevada a cabo por el «rinencéfalo» —que literalmente significa «el cerebro nasal»— una parte del
circuito limbico que constituye la base rudimentaria del neocórtex, el cerebro pensante.

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS EMOCIONES?



Ahora, los últimos momentos de las vidas de Gary y Mary Jane Chauncey, un matrimonio
completamente entregado a Andrea, su hija de once años, a quien una parálisis cerebral terminó
confinando a una silla de ruedas. Los Chauncey viajaban en el tren anfibio que se precipitó a un río de la
región pantanosa de Louisiana después de que una barcaza chocara contra el puente del ferrocarril y lo
semidestruyera. Pensando exclusivamente en su hija Andrea, el matrimonio hizo todo lo posible por salvarla
mientras el tren iba sumergiéndose en el agua y se las arreglaron, de algún modo, para sacarla a través de
una ventanilla y ponerla a salvo en manos del equipo de rescate. Instantes después, el vagón terminó
sumergiéndose en las profundidades y ambos perecieron. La historia de Andrea, la historia de unos padres
cuyo postrero acto de heroísmo fue el de garantizar la supervivencia de su hija, refleja unos instantes de un
valor casi épico. No cabe la menor duda de que este tipo de episodios se habrá repetido en innumerables
ocasiones a lo largo de la prehistoria y la historia de la humanidad, por no mencionar las veces que habrá
ocurrido algo similar en el dilatado curso de la evolución. Desde el punto de vista de la biología

evolucionista, la autoinmolación parental está al servicio del «éxito reproductivo» que supone transmitir los


genes a las generaciones futuras, pero considerado desde la perspectiva de unos padres que deben tomar
una decisión desesperada en una situación limite, no existe más motivación que el amor.










          • DEFINICION DE INTELIGENCIA EMOCIONAL











            ¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia? ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el más exitoso? ¿Por qué unos son más capaces que otros para enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta?



            El libro demuestra cómo la inteligencia emocional puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros, y cómo la falta de la misma puede influir en el intelecto o arruinar una carrera.

            La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.



            En un lenguaje claro y accesible, Goleman presenta una teoría revolucionaria que ha hecho tambalear los conceptos clásicos de la psicología, que daban prioridad al intelecto.

             

            INTELIGENCIA EMOCIONAL



            DANIEL GOLEMAN -LIBROS





            FRASES CELEBRES

            DANIEL GOLEMAN -BIOGRAFIA



            Daniel Goleman es un psicólogo estadounidense, nacido en Stockton, California, el 7 de marzo de 1946. Adquirió fama mundial a partir de la publicación de su libro Emotional Intelligence (en español Inteligencia emocional) en 1995.
            Daniel Goleman posteriormente también escribió Inteligencia social, la segunda parte del libro Inteligencia emocional.
            Trabajó como redactor de la sección de ciencias de la conducta y del cerebro del periódico The New York Times. Ha sido editor de la revista 'Psychology Today' y profesor de psicología en la Universidad de Harvard, en la que obtuvo su doctorado.
            Goleman fue cofundador de la Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (Sociedad para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional) en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale (posteriormente en la Universidad de Illinois, en Chicago), cuya misión es ayudar a las escuelas a introducir cursos de educación emocional.
            Editado por primera vez en 1995, el libro Inteligencia emocional se mantuvo durante un año y medio en la lista de los libros más vendidos del The New York Times. Según la página web oficial de Daniel Goleman, se han vendido, hasta 2006, alrededor de 5.000.000 de ejemplares en treinta idiomas, y ha sido best seller en muchos países.
            En 2009 se publicó en español su libro Inteligencia ecológica.




             

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